En la tarde de ayer, Ciudad de Bolívar obtuvo el ascenso tras derrotar por cinco a cuatro en los penales a Atlético Rafaela, luego de igualar 0 a 0 en los 90 minutos más descuento reglamentario.
Una vez consumado el ascenso y con el objetivo en el bolsillo, la parcialidad del conjunto recientemente promovido se acordó de “el todo EX”: exjugador, extécnico, hoy devenido en divulgador y pronosticador de resultados y ascensos.
Cuando dirigía y conseguía salvar a algún equipo del descenso, sus declaraciones se basaban en el esfuerzo, el trabajo de sus planteles y su capacidad para conducir grupos y mantener la categoría. Pero resulta que, cuando el fútbol lo expulsó por incapaz, cambió el discurso: hoy ya no cree en el trabajo, sino que asegura que todo está digitado, todo arreglado y que nada es genuino.
En fin, el fútbol lo expulsó y ahora, para la gente, ya no es creíble; lo ven como un simple operador rentado. La gente de Bolívar se lo hizo saber al ritmo de: “Y ya lo ve, y ya lo ve, para Caruso que lo mira por TV”.







