El Chivilcoyense Omar Santorelli, actualmente Director Técnico de Ferro de Alvear, es uno de los protagonistas del documental CONTRAPELOTA, filmado en 2018. (FILMAFFINITY)
Diego Crespo (Director), retrata la realidad del fútbol de ascenso, con gente que multiplica sus esfuerzos para realizar sus tareas y llevar adelante actividades deportivas, donde se muestra la profundidad del gen Argentino y la realidad que se vive en el deporte amateur, muy alejada de lo que sucede en el fútbol superprofesional.
Omar Santorelli (Director Técnico), Domingo Sganga (Dirigente), Germán Bermúdez (Arbitro), Matías Cejas (Jugador), son algunos de los que protagonizan este documental, donde las distintas patas del fútbol tienen que trabajar de otra cosa para vivir y muestra como los dirigentes agudizan su ingenio para poder sostener y hacer crecer su club.
El documental fue premiado en 2019 en el Festival Internacional de Cine en Guadalajara (México)
Quienes han tenido la oportunidad de seguir o concurrir al fútbol de ascenso, sabrán que tiene mucho que ver con la vida de gente simple, común, sana, pasional, solidaria y con mucha humildad para aportar todo de sí y llevar adelante sus sueños.
Lo que se muestra en las imágenes, es muy similar a lo que se vive en el fútbol de nuestros clubes y es una realidad palpable que se verifica cada vez que nos acercamos por alguna de sus instalaciones.
Siempre vemos gente trabajando a destajo, en pos de mejorar la institución de sus amores. El ejemplo más reciente de esto que decimos, es el del pasado fin de semana, donde concurrimos a Deportivo Ranqueles el sábado a inferiores (categorías en las cuales volvieron a participar), domingo preliminar y primera y nos encontramos con un club renovado, todo pintado, con los tachos de basura con sus respectivas bolsas, un campo de juego verde, apto para desarrollar de buena manera la actividad, en fin, un estadio pintoresco y prolijo. Dimos ese ejemplo, pero es igual en el resto de nuestras instituciones, donde todo se hace despojado de cualquier interés mezquino y basado en el trabajo y el esfuerzo de los que no hacen barullo, de los que día a día, trabajan en silencio para mejorarlas.
