SEBASTIÁN GARRAZA: SE RETIRÓ EN SU CASA Y CON SU GENTE

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Sebastián Garraza: el adiós de un jugador que se va como, lo hacen los grandes, en su casa y con su gente

Anoche, en el estadio Roberto Petit de Meurville, la pelota rodó una vez más, pero esta vez con un condimento especial. Sportivo Independiente recibió a Racing de Castex por la quinta fecha de la zona D del Torneo Provincial "Alberto Mario Jorge" y antes del pitazo inicial, el fútbol se detuvo un instante para rendir homenaje a un hijo de la casa: Sebastián Garraza.

Después de 17 años en primera división, Garraza jugó su último partido oficial. El club le entregó una camiseta roja con una dedicatoria que lo dice todo:  “No llores porque terminó, sonríe porque sucedió. ¡Gracias!”.

El aplauso ensordecedor de los hinchas, y el reconocimiento tanto de sus compañeros como de sus rivales, fueron la mejor despedida para un futbolista que siempre dejó el corazón en la cancha.

La historia de Garraza empezó en 2008 con la camiseta de Sportivo Independiente, jugando en la Primera B. Pasó por Costa Brava, defendió los colores de Unión Deportiva Vértiz en el Provincial 2013, jugó en Cultural Argentino en 2024, pero siempre regresó al rojo. Porque si algo marcó su carrera fue esa fidelidad al barrio, a la camiseta y a la gente.

Terminé como empecé: en este club y jugando con amigos”, dijo en una entrevista radial. Y esa frase resume lo que fue: un jugador que entendió que el fútbol no son solo goles ni resultados, sino también la amistad, el esfuerzo y la pasión compartida.

Sebastián Garraza se retira de las canchas, pero no de la memoria de los hinchas. Porque hay jugadores que dejan estadísticas, y hay otros  que dejan huellas. Y Garraza, sin temor de equivocarnos, es de los segundos.

 


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