SERGIO "EL CHINO" VITTOR, NO AGUANTA MÁS LA SOLEDAD EN ARABIA Y QUIERE REGRESAR A LA ARGENTINA

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Chino Vittor ya no aguanta la soledad y necesita de su familia para pasar los días. No puede entrenar, pero no quiere rescindir con el Damak.A Sergio Vittor, jugador del Damak de Arabia Saudita, no le molesta pagar de más por un boleto de avión que lo lleve de vuelta a Argentina. Está desde el 13 de marzo en cuarentena por el coronavirus y, aislado de todo ser humano, sufre a diario.

"Mi esposa no llegó a viajar desde Buenos Aires. Vivo solo en un complejo cerrado, construido por Estados Unidos para militares norteamericanos. Acá solo pueden entrar extranjeros, ni siquiera los árabes", confidencia en La Nación, en entrevista donde asegura esperar un gesto desde su país para sacarlo de allí: "Mirá, si querés ponelo así: 'Si me contagio de coronavirus en el camino, me chupa un huevo, con tal de volver a mi país'. Ya ni me importa contagiarme, a ese punto llegué".

"El club ya me autorizó a que me vaya, pero queda en mí buscar la forma. Estamos tratando de conseguir un vuelo privado desde Yedá, donde está Gil, hasta Madrid y ahí enganchar algunos de los aviones de repatriación que manda el canciller Felipe Solá. Ahora, los vuelos privados salen fortunas, no cuestan dos pesos con cincuenta. Los tres coincidimos en que la plata mucho no nos interesa. Ponemos lo que haga falta para irnos. Los más importante son los seres queridos. Si mañana me dicen 'tenés que pagar 20.000 dólares por un vuelo privado', le digo 'tomá', no importa, aunque deje de ganar. Lo pago con los ojos cerrados"

Sobre su rutina, el ex Racing y Universidad de Chile detalla que "no puedo dormir. Concilio el sueño a las seis, siete de la mañana, me levanto a las 10. Todos los días es igual. Estoy casi las 24 horas despierto, uno se vuelve loco. Te soy sincero: a las dos de la tarde me preparé la comida, son las siete y el plato sigue ahí. Uno no tiene ganas de hacer nada, un desastre. Pierde calidad de vida, se acuesta a cualquier hora, no duerme. Estoy más solo que un perro. Ni siquiera puedo entrenarme, salvo dentro de mi casa, pero no es un entrenamiento profesional, obviamente. Hago abdominales, pero no sirven un carajo. Tengo nada más que 10 metros para correr".


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