SERGIO Y GUILLERMO: DOS ALMAS SILENCIOSAS QUE HACEN GRANDE AL FÚTBOL

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En la tarde de ayer estuvimos en el Roberto Petit de Meurville de Sportivo Independiente, por la cuarta fecha de la Copa Liga Pampeana.
En primer turno (13:00 hs) se enfrentaron Sportivo Independiente y Deportivo Argentino.

Quienes seguimos de cerca nuestro fútbol, solemos hablar de goles, atajadas brillantes, planteos tácticos, del jugador destacado o de la jugada que pudo cambiar un partido. Pero el fútbol no son solo jugadores, técnicos o árbitros. Ellos son protagonistas, sí, pero no los únicos.

Alrededor del fútbol también están esas personas que llegan temprano, cuando todavía nadie apareció. Los que se aseguran de que todo esté en su lugar, que la ropa esté lista, que las pelotas tengan la presión justa. Los que conviven con los distintos humores del plantel y muchas veces hacen de psicólogos silenciosos. Saben todo de un grupo, pero hablan lo justo. Guardan secretos que ni el propio técnico conoce.

Están en la alegría de un triunfo y en la tristeza de una derrota. Y cuando el partido termina y todos se van, ellos siguen ahí: ordenando, limpiando, dejando todo en condiciones para la próxima batalla.

Hablamos, claro, de los utileros. Tan discretos como imprescindibles.

En esta oportunidad, les ponemos rostro: Sergio Somoza, utilero de Sportivo Independiente, y Guillermo Blanco, utilero del Deportivo Argentino. Dos trabajadores que en silencio hacen grande a sus clubes. Porque sin ellos, nada sería igual.

 

 


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