El joven club pampeano enfrentó a uno de los grandes del ascenso nacional. Más allá del resultado, la experiencia fue un verdadero sueño cumplido para jugadores, cuerpo técnico y toda la comunidad de Catriló.
Catriló fue escenario de un hecho inolvidable para el fútbol local. BalonPie, el club que nació de un sueño y hoy se afianza con trabajo y compromiso, disputó un amistoso frente a Deportivo Merlo, equipo histórico del ascenso argentino que actualmente milita en la Primera B Nacional.
El encuentro, más allá del marcador final (0-6 en favor del equipo visitante), fue una fiesta para la institución y para el pueblo. La presencia de un club de trayectoria nacional permitió vivir una experiencia única, tanto en lo deportivo como en lo humano.
La visita de Deportivo Merlo incluyó entrenamientos abiertos, charlas técnicas, y momentos de intercambio con jugadores, entrenadores y jóvenes de la localidad. Un punto alto fue la presencia de Francisco Caparroz, reconocido entrenador que actualmente forma parte del cuerpo técnico del equipo del oeste del conurbano bonaerense y que, desde hace cuatro temporadas, también trabaja junto a BalonPie.
“Hace muchos años soñé con formar un club y competir en alguna liga. Ayer, ver el escudo de BalonPie frente a un club de la Primera B Nacional fue emocionante. Fue una Copa Argentina para nosotros”, expresó Pedro Cobos fundador del club, visiblemente conmovido.
BalonPie de Catriló continúa creciendo. Con humildad, trabajo en equipo y una visión clara, este joven club demuestra que los sueños, cuando se persiguen con pasión, pueden hacerse realidad.
La derrota fue solo una anécdota. La victoria más grande fue haber vivido una jornada que quedará para siempre en la memoria del club y del pueblo.